Claves para el acompañamiento emocional en la adolescencia. Parte 1: La preadolescencia

POR Cristina Cano Valle
25/03/2025

Claves para el acompañamiento emocional en la adolescencia

Si estás leyendo este artículo seguramente es porque quieres ir comprendiendo los procesos que afectan a tu hij@ en esta etapa para mantener una buena conexión emocional.


Soy Cristina Cano Valle, experta en infancia y adolescencia . Te comparto estas reflexiones para que `puedas hacer pequeños cambios en tu día a día para poder disfrutar de la etapa. Se puede. Se disfruta, aunque en ocasiones incomoden ciertas vivencias. En el balance final : DISFRUTE, CONEXIÓN Y AMOR. Garantizado. Lo he vivido con mi propia hija y con cientos de familias que he acompañado en el camino de la crianza consciente.


Descubrir donde puedes poner el foco para disfrutar de este proceso. Esa es la clave. Dónde revisar para apuntalar la relación de seguridad y afecto que se necesita para dar el salto a la siguiente fase con la suficiente autonomía y autodeterminación. La adolescencia es la última oportunidad que tenemos como padres/madres de solucionar las heridas de la infancia y apuntalar la autoestima de nuestr@s hij@s. Siempre podemos compensar lo que faltó, lo
que no supimos o pudimos dar en la etapa anterior. Pero a lo largo de la pubertad y adolescencia el ser humano es muy receptivo a las compensaciones y reajustes. Aprovéchalo
. Reforzar el vínculo de apego seguro si sufrió algún deterioro en etapas anteriores es fundamental para que tu relación con tu adolescente tenga una base sólida.
La primera premisa de partida para disfrutar de la adolescencia sería: conoce todo lo que puedas sobre esta etapa. Lee, escucha podcast, acude conferencias…que te aporten información sobre esta etapa, sus necesidades y los cambios que comporta para l@s chaval@s. Busca que quienes den esta información no sean “el enemigo” de la adolescencia. Busca 
personas que sean aliadas de l@s adolescentes, que comprendan la etapa y
no se muestren en oposición sino en comprensión.


La segunda es que tenemos que recordar que el cerebro de nuestr@s hij@s o
alumn@s en esta etapa todavía está en construcción
, De hecho está en plena tormenta cerebral como acuñó Daniel Siegel. Va a pasar por una gran poda neuronal……Nosotr@s, las personas adultas, ya pasamos por ahí y no tenemos nuestro cerebro secuestrado habitualmente. Somos las adultas las que sostenemos a las adolescentes, las que tenemos que hacer de contenedor emocional que recoge su sentir, sus desbordamientos, sus alegrías
eufóricas, su asco, su rabia, su necesidad de más libertad, su sentimiento de pérdida, sus duelos, sus pasiones cambiantes.
Todo comienza en la preadolescencia. Bueno, todo es un continuum desde el día que nacieron. Cada una de las experiencias vividas, de las emociones sentidas, van dejando huella. Durante la adolescencia estallarán conflictos que quedaron atrapados en etapas anteriores, necesidades no vistas, emociones no acompañadas….y todo esto explotará posiblemente descontextualizado. Por eso te sorprenderá y muchas veces no sabrás cómo acompañarlo.
La preadolescencia es un período que algun@s expertas nombran como apagón emocional: tu hij@ está camino de la autodeterminación adulta pero ahora se encuentra en un lugar en el que la fascinación, asombro y sorpresa de la infancia, como noes explica David Bueno ,no están disponibles de la misma forma que en la etapa anterior. Ahí tienes el origen de la falta de automotivación en la pubertad. En este comienzo ya vamos perdiendo los nervios porque interpretamos ese estar tirad@s en el sofá sin “hacer nada”, las miradas perdidas, la falta de interés por las cosas familiares, como falta de amor y de respeto. No es el caso.


 Están faltos de química para la motivación. En este aspecto sí les podemos ayudar, siempre desde la comprensión de lo que les sucede y sin obsesión de sacarlos de ese “agujero”. Con la conciencia de ofrecer algo de alimento a ese cerebro desmotivado sin pasar a ser payas@s de la tele…todo en su justa medida, que por desgracia no sabemos cuantas cucharadas de ayuda a la motivación necesitan o toleran. El límite te lo marcarán claramente: una oposición rotunda a lo que ofreces acompañada de un gruñido intenso, cara de asco y estupefacción y huida a su cueva. Bueno, lo intentaste y te pasaste de intensa, o de alegre, o de motivada o de presión….afloja. Lo importante es que sabe que eres un/a pesada que se ocupa de una carencia que detecta. Eso lo introyecta pero no esperes que te de las gracias hasta unos 4,5 6, años más tarde. De todas formas tú no lo haces para que te de las gracias si no para ofrecer lo que tienes y apoyarle como sabes.
¿Cómo puedes motivarle?... siendo consciente que la motivación extrínseca no llega a los mismos lugares que la intrínseca y no se puede forzar sino ofrecer. Ayuda hacer preguntas motivadoras que creen pensamiento propio. No esperes que te las responda. Se las hace a la parte de su cerebro que todavía permanece conectado…pero está en segundo o tercer plano. Preguntas que ayuden a salir de la apatía, cunado ésta está generando malestar. El cerebro en esta etapa necesita tiempo de silencio, ausencia de pensamientos para una
toma de decisiones sabia e cuanto a por dónde cortar, qué podar. También necesita de cierta inactividad para los trabajos de poda más finos. Ofrécete a jugar con él/a…a aquello que le guste. Existen miles de juego de mesa que pueden servir para conectar, pasar un buen rato junt@s y olvidarnos de las presiones del mundo exterior. Suelta la necesidad de que te cuente
cosas íntimas o importantes durante este rato de juego. Permítele jugar desde su ser infantil. Lo necesita para relajar el extenuante trabajo del cambio cerebral y psíquico.
Abre espacios de comunicación honesta, empática y conectiva
Quédate con tu hij@ es esta etapa del camino