Bournout durante la crianza
POR Cristina Cano Valle
06/03/2025

Criar comporta esfuerzo, aprendizaje de nuevas destrezas, mucho tiempo de presencia y
mucha satisfacción también. Tus hij@s pueden darte las mayores alegrías y los dolores de
cabeza más grande.
La mayoría de las dificultades que enfrentamos como madres y padres tienen como origen las
reacciones que tenemos ante el comportamiento de nuestr@s hij@s. un comportamiento que
suele ser el propio de su edad evolutiva, de los procesos y cambios que enfrenta. Nos
desquician ciertas respuestas, conflictos, que nacen de una falta de comprensión de la persona
adulta sobre las limitaciones naturales, biológicamente hablando ,de las capacidades de
razonamiento y pensamiento complejo que poseen nuestr@s hij@s. Su cerebro todavía no
está suficientemente cableado para reaccionar y actuar como tú esperas; tu cabeza está
saturada por el estrés y el cansancio. Nuestra paciencia se agota y nuestras fuerzas flaquean.
Entonces nos sentimos mal porque nos desbordamos, perdemos los nervios, gritamos……No
quereos actuar así pero nos arrastran las reacciones emocionales incontroladas. En estas
situaciones algun@s culpan a sus hij@s de ser muy nervios@s, de no hacer caso, de portarse
mal, cuando la mayoría del tiempo simplemente están siendo niñ@s.
La realidad es que la crianza nos pone delante ciertos desafíos complicados que si nos pilla en
un día en que estamos “zen”, tranquil@s, descansad@s, realizad@s, conectad@s con
nosotr@s mism@s, en nuestr@ adult@...entonces ese día el desafío lo resolveremos con
paciencia, comprensión, entendimiento y siendo un sostén emocional para las criaturas.
Por muy complicado que sea el desafío, al estar en tu centro y sentirte tú calmad@, en
paz,…no te pierdes, no te desbordas, no gritas ni amenazas. En esas circunstancias puedes
respirar, bajar tus pulsaciones , hacer escucha empática de sus necesidades y tener paciencia
hasta encontrar una solución o legar aun acuerdo. Entonces…¿qué está sucediendo que cada
vez estamos más desbordad@s durante el período de la crianza?
Algunas voces dirán que es por la alta exigencia de las criaturas, exceso de expectativas del
modelo de Crianza Respetuosa…..¿tú qué crees?
Si no tuvieras presiones en el ámbito laboral que te estresas; si vivieras en una relación de
corresponsabilidad; si no arrastraras traumas no resueltos de tu propia infancia; si vivieras con
el sostén de una comunidad que te respeta como madre/padre y te da tu sitio y ofrece sostén
incondicional…….En una vida así no aparecería el burnout de la crianza, estás de acuerdo?.
Cualquier demanda de nuestr@s hij@s en un contexto así, por muy grande que fuera, no nos
haría sentir “quemad@s”.
En ese mundo ideal podrías disfrutar de la crianza, crecer con tus hij@s y aprender con cada
conflicto. Los conflictos seguirían existinedo porque son inherentes al hecho de vivir y hacerlo
en comunidad/sociedad/relación humana.
Quien pueda vivir en ese mundo ideal la/o felicit@ y me alegro . Eres una persona muy
afortunada.
Para el resto. Para quienes criais solas; para las que tenéis doble o triple jornada; para l@s que
la conciliación no existe ni de lejos; para quienes van sin tribu; para quienes no disfrutan de
una crianza basada en la corresponsabilidad; para las madres y padres con jornadas laborales
interminables y sueldos insuficientes…Para tod@s nosotr@s que no vivimos una vida de
cuento ( a ver si la conseguimos co-crear)…disfrutar de la crianza también ES POSIBLE.
Lo que no hay ya lo sabemos, somos conscientes de las dificultades y carencias que nos
encontramos en el camino. Ahora vamos a centrarnos en lo que sí hay. En los apoyos que sí
existen; en las acciones que sí podemos emprender para aumentar el vínculo de conexión con
nuestr@s hij@s.
Creo que al leer estas palabras queda clara mi opinión de que no son l@s niñ@s, es el sistema
social en el que vivimos el que nos agota. Párate a diseñar una estrategia para estar presente
en la vida de tus hij@s y en la tuya propia.
Para la máquina del automático y comienza por pequeños gestos. Pequeños cambios te
pueden llevar a un lugar que a día de hoy no puedes ni imaginar.
En este blog te voy a ir compartiendo estrategias, tomas de conciencia, algún ejercicio
práctico….con los que puedas cambiar tu forma de atender los co y retos de la crianza diaria
para poder disfrutar de tus hij@s y seguir desarrollándote tú como persona.
Sé que es difícil pero no imposible. Se trata, en primer lugar, de no tirar la toalla y recordar
quien o qué es el foco real de nuestro estrés. Buscar cómo ir cambiando pequeñas cosas que
nos permitan ser más libres y vivir más en paz; Y no olvidarnos de agradecer cada segundo que
disfrutamos con nuestr@s hij@s. Si tuviéramos un contador real veríamos que el tiempo
compartido en armonía, felicidad, conexión, crecimiento conjunto, amor…es mucho mayor
que el tiempo de conflictos. Aún así, buscar herramientas y estrategias para acompañar estos
conflictos poniendo el foco en la conexión y el amor te hará la vida mucho más feliz y plena.
Tus hij@s crecerán y cuando te miren verás en sus ojos todo el amor y agradecimiento por tu
paciencia, por no rendirte cuando fue difícil…por creer en ell@s y permanecer a su lado en los
momentos difíciles. Sé su ancla en la tormenta y disfruta el resto de momentos junt@s.
“Primer TIP”
Cuando aparezca una dificultad con tu hij@, una situación en que esté muy frustrad@ prueba
no hacer un interrogatorio ni convencerle de nada. En esas ocasiones tenemos tendencia a
decirles que no pasa nada, a darles mil posibles soluciones a lo que les ocurre o preguntarles
insistentemente: ¿qué te pasa, qué quieres que haga, cómo puedo ayudarte, qué necesitas…?.
Las dos últimas formas son muy útiles en ocasiones, pero si ya hiciste esa pregunta una vez y
no hubo respuesta, prueba a decir: Me quedo aquí contigo. Sólo eso. Sin más. Es una frase
muy potente para el inconsciente y refleja una conexión profunda, un sostén real y un estar
por encima del ego. Se utiliza mucho en sistémica y es muy efectiva. Además de la frase has de
quedarte. Sin intentar que nada termine o cambie. Suelta tu necesidad. Suelta las expectativas.
Simplemente quédate con tu hij@. Tan sencillo y cómo cuesta hacerlo. Pruébalo y me cuentas.
Como madre de una hija de 19 años con quien tengo una relación extraordinaria os digo que
es posible que crezcan sintiéndose vist@s, amd@s, respetad@s y en conexión, contigo y
consigo mism@s.
Como terapeuta he visto muchas familias conseguirlo. Habrá dificultades pero el esfuerzo vale
la pena.
Os acompaño